Ricardo Espinosa Pedraza (Aquello de Despedirse)
"Y me encontré entonces pensando: si fuera hoy,
así es como la Muerte convocaría a Cualquiera."
(Seamus Heaney)
Todo era absurdo:
nuestros pasos en falso...
nuestros pasos en falso...
tu aliento exasperado y
esa sensación de trascendencia...
esa sensación de trascendencia...
permanecimos parados
como sonámbulos en medio
como sonámbulos en medio
de una Bogotá más fría y ajena...
mientras nuestras almas
se diluían entre la lluvia
se diluían entre la lluvia
Tu cabello recaló
desprevenido entre mis dedos
desprevenido entre mis dedos
con una repentina humedad
que adoré y repudié...
Yo era el que reflejaban
las vitrinas viejo y hastiado
como una mala esquela
del pasado reciente,
del pasado reciente,
tan identificado
con el camino
cansado y sinuoso,
extraviado en sí mismo...
extraviado en sí mismo...
De pronto la gran pasión
fue una pequeña farsa,
fue una pequeña farsa,
un auto engaño cuidadosamente
coreografiado de tragedia,
babas y melodrama,
babas y melodrama,
que no importaba ya
ni a sus protagonistas
ni a sus protagonistas
Habíamos descubierto
(sin proponérnoslo)
(sin proponérnoslo)
que podíamos sobrevivirnos
y pactamos la mejor manera
de despedirnos... (una civilizada)
perdidos en el centro de la nada
de despedirnos... (una civilizada)
perdidos en el centro de la nada
entre la brisa fatigada y
la sucia luz de los bombillos
del atardecer,
la sucia luz de los bombillos
del atardecer,
con los buses repletos y
las personas extraviadas
en sus miradas,
las personas extraviadas
en sus miradas,
y los dos caminando
en direcciones opuestas
con los oídos atentos
con los oídos atentos
por si alguno se arrepientía
pero, como en aquél
poema de Heaney,
poema de Heaney,
antes muertos
que mirar hacia atrás
que mirar hacia atrás
o más o menos...